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13/2/18

¿Cómo te llamabas?



-¿Cómo te llamabas?

Ahora no importa eso. Acabo de terminar de ver una película. Había un tipo, el jefe de policía, que va a su establo como si fuera un templo donde reflexiona sin la presencia de su familia. También es ahí donde se encapucha y se pega un tiro en la cabeza. 

Sus caballos al otro día pastan a campo abierto porque les deja sus corrales abiertos. Pensé que debería existir un territorio donde los caballos puedan optar por ser libres.

“¿Cómo te llamabas?” es una pregunta mal formulada y además molesta. 

¿Cómo te llamabas?
Todo el tiempo abandonamos nombres, cuerpos e identidades. Creo que puede ser algo bueno. Podríamos hacer algo bueno con eso. Realmente.

27/5/13

Salvajismos



Curiosamente, vivimos ese momento como un desparramo brutal de cariño. 
Durante algunos instantes cobró dimensiones en las cuales la pasión -o la inconmensurable sensación de placer mutuo- dejó de ser una guía confiable y el deseo optó por dejar marcas, rutas en su piel con formas definidas de tal forma que podría reconstruirse la situación con detalles.

Como un curador practicante ejerciendo su rito de sanación, cubrí esas zonas con merthiolate rociándolo de a poco, viendo cómo caía sobre su cuerpo y se hacían charcos mientras escurría algodón para absorber el excedente.

Deslicé mi boca con leves rastros de alcohol hasta cubrir todas las señales dejadas por mis uñas largas y desprolijas para mantener su cuerpo libre de riesgos, infecciones, insectos y demonios.
Cualquier amenaza. 

Intenté retomar luego del rito las caricias nuevamente. La suavidad de las manos y su ligereza.
Y cuidarla, como promesa inconfundible del decálogo mental de un pupilo obediente, leal a sus creencias frescas, recién bienvenidas.  

23/5/12

The soft porn adventure II


Fragmentos de un film de culto del porno mundial (lamentablemente existen fotogramas y pasajes perdidos que no pudieron ser recuperados en la restauración del VHS), premisa y fundamento principal por el cual se rige su éxito dado su hallazgo entre el polvo húmedo y la soez del depósito de algún cine XXX de EE.UU.  

"The onanist" (a.k.a. El solitario) es de 1986 y tiene como protagonista al mítico actor porno búlgaro Job Malone que hizo cientos de cintas de soft porn durante la década del 80 que le brindaron cierta fama en el entorno para luego pasar al olvido. Actualmente se comenta en algunos sitios web que está viviendo en California con su familia donde administra un pequeño comercio de lavado de ropa. 


Un cortometraje lleno de nostalgia de una época como lo fueron los 80's; exacerbadas situaciones de conductas y hábitos fisiológicos que nos han avasallado y lo harán de por vida. No resulta extraño por sus particularidades estoicas, estéticas y argumentativas que su repercusión acumule a mansalva tanto detractores como amantes por la web, ahora que ha vuelto a salir a la superficie entre sofás viejos, raquetas de tennis, espuma de jacuzzi, vinilos y zorros embalsamados. 
Gracias al estimado Diego por la invitación para ver su estreno en Argentina y su aporte de la fuente para verlo subido en la web. 

16/2/12

Chicas de la triple frontera


Esta semana por la tarde en Avenida Caseros al 500, pasó una morocha con un vestido rosa típico de (este) verano. Compacta, en movimiento casi cronometrado por androides. Se violaba hasta los postes de luz en su embestida.

14/12/11

Game of quotes




No voy a comentar nada respecto a la serie "Game of thrones" en este preciso instante, simplemente que terminé de ver toda la primera temporada hace unos días.

Me queda del resabio anestésico de esta fantasiosa Edad Media un diálogo entre Tyrion Lannister, el liliputiense platinado lleno de ocurrencias y réplicas maravillosas, que acontece mientras está a punto de ser ejecutado por Shaggar, un hombre no tan civilizado y pudiente como él, proveniente de una tribu salvaje con sed de nobleza. 
 
Shaggar - How would you like to die, Tyrion, son of Tywin?

Tyrion Lannister - In my own bed, at the age of 80, with a belly full of wine and a girls mouth around my cock.


11/12/11

The miracle stand



En el desborde de calor, ansiedad y toda clase de fenómenos sintomáticos que pueden acontecer una madrugrada de insomnio, no hay mejor elixir que una pluma a estrenar en su completa grandilocuencia y con ella recuperar el pasado de la infancia e internarse en la marea de la ficción. Se agradece sin dudas el presente del querido hermano Fran. 

25/11/11

The death of Santa Claus / La muerte de Santa Claus



Ha tenido dolores en el pecho
por varias semanas, pero los doctores
no hacen visitas al hogar en el Polo Norte.

dejó de pagar su seguro médico Blue Cross,
se marea cuando le hacen exámenes de la sangre,
las batas del hospital siempre se le abren, las

salas de espera le causan dolor de estómago, y
de todos modos nada más tiene indigestión, por lo
menos eso pensaba, hasta el día en que al estarles

dando de comer a los renos, sintió como si la mano
de un monstruo le hubiera agarrado el corazón
y no dejara de apretar. No puede respirar, y el

mundo blanco tan hermoso se torna negro,
y cae sobre su panza de gelatina en la nieve
y la Sra. Claus sale corriendo de la fábrica

de juguetes, gritando, y deja a los duendes
frotándose sus manitas nerviosas, y la nariz
de Rudolph se prende y se apaga como una luz de ambulancia

triste, mientras en Houston Texas en una de esas casas en serie,
yo, de 8 años, le digo a mi mamá que los mensos
de la escuela dicen que Santa Claus es pura mentira,

y ella, tomándome la mano, se sienta conmigo en el sofá
de flores moradas, con lágrimas en los ojos,
y con una terrible noticia en la garganta.

de Charles Webb

Reading the water, 1997, "La muerte de Santa Claus".
Traducción: Juan Hernández-Senter, Ed. Verdehalago, 2000 México.

20/11/11

Caprichos botánicos de ayer (para hoy)



Si bien hablo de capricho, no es la adquisición por sí sola de la planta insectívora (a.k.a. planta carnívora para los pibes) sino la forma de adquirirla, en este caso en particular. También forma parte de aceptar un paseo por Capital Federal propuesto por mi hermana para que un amigo y compañero de trabajo que vino de Rosario conozca algunos lugares que ni ella misma conoce, como es el caso de los lugares comunes del turismo en La Boca y el exquisito Jardín Japonés.

En realidad, aceptar ir al Jardín Japonés es ceder al pasado. Volver a un punto de contacto espiritual, cultural y laboral de mi experiencia pasada. La última vez que lo había pisado, estaba resfriado y sacudido por una gripe. Trabajaba ahí los fines de semana como promotor en diferentes puntos turísticos de Capital Federal y en el Jardín como espacio físico cuando se realizaban matsuris -eventos y festivales- que solían ser abundantes en la agenda anual. Así que después de un par de faltas de mi parte a la ética laboral de los nikkei, no volvieron a llamarme. Recuerdo aún estar pegando letras para un cartel de bienvenida, sacándolas una por una cuidadosamente de una plancha para que no se rompieran. Mientras hablaba con Kiku, la chica de la recepción que habían enviado para que me ayudara. Recuerdo momentos de nuestra charla entrecortada para subestimar el automatismo de la tarea, mis mocos acuáticos cayéndose sobre mi ropa de trabajo, la aspereza del papel en mi nariz y el tedio. Retengo también el extraño pedido después de terminar mi trabajo, antes de retirarme rumbo a mi casa, que hizo mi ex jefe: que le entregara mi happi azul, que era el uniforme de trabajo que utilizaba, una indumentaria propia para festivales. Ese extraño pedido -nunca me lo habían pedido desde que había empezado a trabajar- tenía todas las connotaciones y sonidos alusivos a que no volverían a llamarme para trabajar. 



Pasaron muchos años hasta mi regreso, este sábado pleno de humedad. De un cielo histeriqueando a la tierra con gotas tacañas. Me sorprendieron algunos cambios en el lugar, las caras desconocidas de los empleados del Jardín, la suciedad del lago, no encontrar trabajando a Mariela ni a Kiku, a nadie de quienes conocía. 





Tras el damero hallé el vivero. Ya no está más como otros años pegado a la ligustrina de Figueroa Alcorta, sino donde estaba el taller de mantenimiento. En formal lúdica, sin dejar de ser un deseo siempre pendiente en relación a compras exóticas, no pude evitar pedirle a mi hermana el mecenazgo con una planta insectívora cuando vi en un rincón un sector de abundantes especies de este tipo. Y tomé una Drosera filiformis. Todo un capricho, más de hijo que de hermano. No hay forma de despejarle la compulsión del niño y sus ganas de consumo, igual que cuando me compró el helado de mango japonés, una hora antes de entrar el vivero. 



















Ahora en casa la planta reposa sobre la base de la pileta del patio, resguardada por la escalera que conduce a la terraza. Rodeada por plagas de mosquitos, moscas de la fruta y de todo tipo de variedad de insectos, los cuales espero nutran sus deseos y la abastezcan de la compleja necesidad de vida que requiere.



 


Esa misma,
que llevará a mi misión exótica 
hacia el éxito.
Desconocer el fracaso en este tipo de ética,
la ética de la mano verde. 

Así
estar un poco más en paz también con mi pasado,
en ese mismo acto,
en el que un bocado trepa sobre una de sus rosetas.

24/10/11

El manuscrito de los secretos



Tiempos indefinidos donde todo se torna grandilocuente con drama, o apenas un rumor lejano corriendo por entre las rendijas de las persianas. Tiempos de confusión alborotada, donde algunas ideas comienzan a solidificarse -y otras ramificarse- junto con el renacimiento del espíritu épico, dando aires y deseos de albergar más luz e iniciar la búsqueda oceánica con escafandra flúor y la compañía de un coral movedizo con motor silencioso.

Pensarlo de algún modo como el escape de aquel lugar: el de la autosuficiencia y quizás eterna autocomplacencia del autodidacta. Tomar la rigidez de la institución para volcar seriedad a las manos y sus creaciones; emprender un camino de inquietudes con mucho más foco, con la linterna totalmente prendida, las velas ardiendo y la parafina dibujando los pasos por la noche.

Cuestionar dentro de la escasez morlaquera y el ocio, la actividad laboral. No buscando el placer en su núcleo, considerando simplemente no caer en los lugares por inercia ya pisados, los que serían las sanguijuelas de otros años, de siempre. Simplemente buscar un lugar más adecuado, donde la maldad y la aspereza no sean la norma fundacional y las energías puedan desenvolverse de otro modo.

Y pensar en esa gente bella que pasa y queda. Otras que sólo pasan, o dejan ser pasadas como por un portal hacia sitios desconocidos, no lejanos, simplemente desconocidos. Que dejan sus encantos, su amor. No pensarlos como cadáveres sino vivos y frescos como aquellos que quedan, o aquellos que están acercándose sin ser divisados aún. También aquellas bellas personas que se recuperan lentamente, porque uno -que es yo- posee la capacidad de la lentitud por lo que recuperar es un proceso complejo, lleno de detalles, metodismos y mecanismos no tan simples. No tan prácticos. Como su gestor -que es yo-.

Todo eso es auspiciante. Como el sol de la mañana eyectándose desde las profundidades de otro continente, quemando levemente los pastizales bañados en rocío de un campo abierto que infunde el temor del vacío, así como la grandeza de su amplitud. Pensar en los gestos, en las causas reales y merecedoras (portadoras) de la voluntad, del deseo y de la entrega. Como copos de nieve, como villancicos fuera de estación. Como el voto más bello de la historia de mi democracia, de mi elección natural ante la vida, escrita en bolígrafo sobre un papel borrador y llevado a la urna con una sonrisa amplia, secreta, colmada de fantasía y del deseo natural que comentaba:



 
VOTO A LA FUERZA DEL AMOR  

7/8/11

(You gotta) fight for your right (to party)



"El derecho de autor realmente no tiene razón de ser. Yo no tengo derechos. Al contrario, tengo deberes."

Esa gran verdad la dijo Jean-Luc Godard y fue extraída de la siguiente entrevista.

19/7/11

Mi versión de Barney



Con los ojos pesados y dolidos, sin pensar. Con una condena de recuerdos revoloteando mi cabeza, así me siento después de ver Barney's version, película basada en la vida de Barney Panofsky, un productor televisivo del que nada sé, y en realidad poco me importa saber de momento. La película está muy bien. Pero hay algo más, o todo estaba predispuesto para emocionarme y lanzarme al llanto espasmódico que te vuelve primario e indefenso. Algo que hace un poco más de un año que no me sucedía.

Una pequeña frase que me queda, además de las sensaciones de la totalidad de la película, es este diálogo que mantiene Barney con su mejor amigo Boogie después de descubrirlo teniendo sexo con la que era su actual esposa, algo que se desprende ante la negación de Boogie a pedir disculpas:

-Déjame recomendarte otro libro para que llenes tus estantes con él, "La vida de Heinrich Heine", a quien, en su lecho de muerte su amada le rogó que pida el perdón de Dios antes de morir. Pero el bueno de Heinrich, sólo tenía esto para decir, "Dios seguramente me perdonará. Después de todo, ese es su maldito trabajo."

28/4/11

Não tenho imaginação pra mudar de mulher

de Marco Notaro


Esse nervoso é que me mata
essa ausência essa falta de você é que destrói
Esse nervoso é uma bola colorida
é uma pata de cavalo de corrida
É uma maçã, um adão
é uma neurose, uma curtição
Uma cerveja pra pagar
um fumo fino pra fumar
um novo beijo a se pedir
Esse nervoso, essa vontade de partir
parece que nem sou eu que to aqui
Essa chuva me acalma
mas enerva o outro eu
E me mistura com o seu e me alaga de agonia
esse nervoso é uma porcaria
Eu não queria nem nascer se não nascesse pra você
Não queria nem pedir pra você ficar
pra partir
Esse nervoso é assim, um desbunde total
nem me faz bem, nem me faz mal
É minha brisa, é vendaval
Eu vou organizar um plebiscito
se disser não, eu me cito
Se disser não aí me calo
ergo a cabeça e me embalo na fumaça num estalo
E lá vou eu de bobo em frente
não me enfrente que na ira sou serpente
Mato, firo, como e faço
como eu faço, nem eu sei
Sei que na hora dos meus grilos, eu partilho docemente com os seus
E você, só de fricote
tomou banco e chicotesó pra se mostrar mais forte que eu
Mas isso eu sei, isso eu sei
Curte a sua/eu curto a minha
parta o nó
eu parto a linha
Acabou tudo que tinha
vou partir pra outra você
Melhor pra mim
melhor pro meu
bem mais melhor pro seu



30/1/11

Las frases que la espontaneidad obsequia

"Los sentimientos que se adelantan suelen ser medio mamarrachos". 

(en relación a los presentimientos)

"Lo que no se puede oler ni comer, a veces hay que mirarlo bien". 

(en relación a algún sinsentido que no viene al caso)

8/5/10

Las empresas bicentenarias que la revolución impúdica nos dio


No asumir errores, sin dudas, es parte de una cultura de trabajo perfectamente idiota y caníbal. Supongo que la única forma de empezar a "hacer bien las cosas" deba ser que los altos cabezas -entiéndase por ello las jerarquías más nobles y castas- que comandan dicha empresa, asuman finalmente que tienen una corporación de mierda.

24/2/10

Cine Detergente (o vamos los pibes, carajo)

Sin dudas, nada más escabroso y perturbador que esperar en la morbosa clandestinidad de la piratería aproximadamente cinco meses para verificar que una buena película de terror contemporánea española tiene su origen fundacional / argumental en un gusano de tequila. 

De más está decir que todo se fue al pozo ciego: el cura oh eminencia del Ministerio de Salud por el Combate contra los Posesos, que comanda un escuadrón corte counterstrike de cyber a las 7 de la matina - sin olvidar al argentino que aporta humor arengando por Kempes y sumando típicas riñas futbolísticas de quién la patea más glande - y como si fuese poca la cosa, el catolicismo tiene un protagonismo ridículo que desmorona lo bueno que existió en una primera entrega. 

Sin dudas, ahora sí estamos ante una película española, nada más evidente que esta secuela (de mala hostia).


Se viene a mi memoria, producto de una asociación libre o como bonus track de mi memoria residual, Honey, I shrunk the kids y en contraposición con Rec 2, la siento una película íntegra, madura y hasta más reflexiva. Hasta tiene más sustento argumental y terror durante la persecución de los insectos gigantes en el jardín.