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22/3/18
Dos noches atrás
Victor Pascow vino a visitarme en un sueño. Dejó un mancha de barro sobre la cama y escondió sus vísceras bajo la almohada
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29/11/13
Everybody hates Kern
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22/10/12
Restos de mi marea
Los restos como un forma de recordatorio.
Papel picado, bolsas de consorcio y de regalos.
Vasos amontonados, grietas en el cuerpo,
en la cabeza y en la memoria.
Restos, todos restos.
Resabios de un dragado mental,
excesos que dañan mi cuerpo,
tu cuerpo.
Un cuento de hadas que nuevamente leemos en la noche,
prácticamente eterna,
culminada en la neblina espesa del bosque
invadido débilmente a través del sol lejano parpadeante.
Una foto gigante tuya reprobándome
desde un pasado de desconocidos
y un viaje de aventuras exitosas.
Coordenadas deseadas y habitables
que fueran anotadas con marcador en un mapa geográfico
mental.
Para regresar, hacerse pies, manos,
toda una tuna repleta de agua
dispuesta a fundirse en la tierra seca
para luego cambiar destinos.
Nuevas coordenadas.
Cambiar atuendos de tuna
por araucaria patagónica.
Lamentable –desde el momento del repaso de un listado con
la sucesión de los acontecimientos-
no haber podido tomar conciencia presente de todos los daños.
Destrozar con tanta facilidad,
como un preparado vertiginoso de confetti con mis libros favoritos.
O esa lectura del cuento de hadas
declamada entre susurros con el calor de los gatos
y luces apenas brillando en el cuarto.
Triste nota al pie de eventos épicos llenos de amor,
con personas brindando amor,
y un disco homenaje treintañero como banda de sonido.
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Vísceras
12/7/12
7-11
I met her at the 7-11
Now I'm in 7th heaven
Tell me, tell me
Can this be true
I never thought I'd ever
meet a girl like you
She was standing by the Space Invaders
So I said can I see you later
Yeah we went for a little spin
Down to the Holiday Inn
We was young and in love
We was young and in love
And you're the only girl
I'm ever thinking of
We went down to the record swap
The kids were dancing
to the blitzkrieg bop
Bop-shoo-wop shoo-wop shoo-wop
Bop-shoo-wop shoo-wop shoo-wop
What ever happend to the radio
And where did all the fun songs go
Summer fun, with the Beach Boys on
But we all know what went wrong
Oh-wo-wo
We was young and in love
We was young and in love
And you're the only girl
I'm ever dreaming of
And so we went down to the dance
Which turned into a whole romance
And after just one night
I never knew that things could be so right
Oh-no-no-no-no-no-no-no
I kissed her and hugged her
And I said good-bye
Last thing I knew
She wouldn't make it alive
Oncoming car went out of control
It crushed my baby
And it crushed my soul
Now all I've got is sorrow and pain
Standing out here in the rain
The crash, shattering glass
The sirens, and pain
Is driving me insane oh-yeah
We was young and in love
We was young and in love
And you're the only girl
I'm ever thinking of
Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah
del disco Pleasant dreams (1981), The Ramones.
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9/7/12
Love eats brains! A zombie romance
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23/5/12
The soft porn adventure II
Fragmentos de un film de culto del porno mundial (lamentablemente existen fotogramas y pasajes perdidos que no pudieron ser recuperados en la restauración del VHS), premisa y fundamento principal por el cual se rige su éxito dado su hallazgo entre el polvo húmedo y la soez del depósito de algún cine XXX de EE.UU.
"The onanist" (a.k.a. El solitario) es de 1986 y tiene como protagonista al mítico actor porno búlgaro Job Malone que hizo cientos de cintas de soft porn durante la década del 80 que le brindaron cierta fama en el entorno para luego pasar al olvido. Actualmente se comenta en algunos sitios web que está viviendo en California con su familia donde administra un pequeño comercio de lavado de ropa.
Un cortometraje lleno de nostalgia de una época como lo fueron los 80's; exacerbadas situaciones de conductas y hábitos fisiológicos que nos han avasallado y lo harán de por vida. No resulta extraño por sus particularidades estoicas, estéticas y argumentativas que su repercusión acumule a mansalva tanto detractores como amantes por la web, ahora que ha vuelto a salir a la superficie entre sofás viejos, raquetas de tennis, espuma de jacuzzi, vinilos y zorros embalsamados.
Gracias al estimado Diego por la invitación para ver su estreno en Argentina y su aporte de la fuente para verlo subido en la web.
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14/3/12
Golfa labios de yummy
Esos, tus labios, se ensanchan y te consumen de nada,
como bostezo matutino devorador de ancianas,
con el toc toc de las pulsaciones
operando con base y centro subterráneo
desde la intensidad
desde la brutalidad del casi wild west.
Se expanden; siempre abiertos.
Sugerentes. Bronceados. Húmedos.
Esos labios están llenos de sexo y amor.
El pigmento más intenso, el amor.
25/11/11
The death of Santa Claus / La muerte de Santa Claus
Ha tenido dolores en el pecho
por varias semanas, pero los doctores
no hacen visitas al hogar en el Polo Norte.
dejó de pagar su seguro médico Blue Cross,
se marea cuando le hacen exámenes de la sangre,
las batas del hospital siempre se le abren, las
salas de espera le causan dolor de estómago, y
de todos modos nada más tiene indigestión, por lo
menos eso pensaba, hasta el día en que al estarles
dando de comer a los renos, sintió como si la mano
de un monstruo le hubiera agarrado el corazón
y no dejara de apretar. No puede respirar, y el
mundo blanco tan hermoso se torna negro,
y cae sobre su panza de gelatina en la nieve
y la Sra. Claus sale corriendo de la fábrica
de juguetes, gritando, y deja a los duendes
frotándose sus manitas nerviosas, y la nariz
de Rudolph se prende y se apaga como una luz de ambulancia
triste, mientras en Houston Texas en una de esas casas en serie,
yo, de 8 años, le digo a mi mamá que los mensos
de la escuela dicen que Santa Claus es pura mentira,
y ella, tomándome la mano, se sienta conmigo en el sofá
de flores moradas, con lágrimas en los ojos,
y con una terrible noticia en la garganta.
de Charles Webb
Reading the water, 1997, "La muerte de Santa Claus".
Traducción: Juan Hernández-Senter, Ed. Verdehalago, 2000 México.
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28/9/11
Rubber soul
Rubber, desde el comienzo, se introduce como eso. Telequinesis, asesinato, un argumento improvisado constantemente, policías psycho killers, homenajes varios al cine de terror, al western. Incluso da un pequeño cierne para una historia de amor acosadora entre nuestro querido neumático y una joven brunette que se baña en la habitación 15 del Bates Motel puertas abiertas.
La interpretración de la audiencia, su participación en una película. Los cuestionamientos, la necesidad de finalizar la película por parte de sus mentores. La inclusión de la audiencia dentro del desarrollo (y final) de la película. El absurdo respecto al guión y seguirlo a tabula rasa. Todo eso, es lo que hace de Rubber una pelícua entretenida, con buen humor y todos apreciamos el buen humor. O si prefieren, una película de un enigmático y desafiante neumático rodando por una ruta desolada buscando víctimas humanas o animales para descargar su maldad.
Para los fans de Christine, sin dudas es un homenaje del tipo de sinécdoque. Para los pisteros, también. Deberían darle una chance al film de Quentin Dupieux. Al menos se introduce desde un comienzo con la absurda fundamentación de que nada tiene razón y nada merece tener una explicación. Todo es válido, incluso si nada cobra sentido durante 82 minutos de rodaje y tu atención está clavada en las vicisitudes de un neumático todo terreno.
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19/7/11
Mi versión de Barney
Con los ojos pesados y dolidos, sin pensar. Con una condena de recuerdos revoloteando mi cabeza, así me siento después de ver Barney's version, película basada en la vida de Barney Panofsky, un productor televisivo del que nada sé, y en realidad poco me importa saber de momento. La película está muy bien. Pero hay algo más, o todo estaba predispuesto para emocionarme y lanzarme al llanto espasmódico que te vuelve primario e indefenso. Algo que hace un poco más de un año que no me sucedía.
Una pequeña frase que me queda, además de las sensaciones de la totalidad de la película, es este diálogo que mantiene Barney con su mejor amigo Boogie después de descubrirlo teniendo sexo con la que era su actual esposa, algo que se desprende ante la negación de Boogie a pedir disculpas:
-Déjame recomendarte otro libro para que llenes tus estantes con él, "La vida de Heinrich Heine", a quien, en su lecho de muerte su amada le rogó que pida el perdón de Dios antes de morir. Pero el bueno de Heinrich, sólo tenía esto para decir, "Dios seguramente me perdonará. Después de todo, ese es su maldito trabajo."
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26/5/11
4/8/10
La casa muda
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7/11/09
14/10/08
7/10/08
Vier Minuten
Una película en la que 108 minutos fueron totalmente innecesarios. Lo único relevante, se limitó a acontencer cumpliendo estrictamente con el título del film.
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19/6/08
Las ventanitas del Sr. Orsini
Entre la pasta cremosa que cae de las heladas la ventana cerrada
y los burletes ceden, entra el frío ¡Mierda, congela! Las nenas sin orejeras
se trenzan al ojerudo Orsini que no deja de rozarse con su gamulán crema, retazos rojos y un pin antipático que se estremece cual ojal, ojal porteño arrabalero con el logo de un nuevo oh-fantástica-nueva-promesa-grupo-musical oriundo de La Plata.
La pasta cremosa que cae del cielo se sucede, copiosa repetitiva. Aburrida.
Las licencias médicas llueven en la recepción y Orsini, el grand-cavalier Orsini,
primo sanguíneo por línea materna de Troilo - no, el otro- arma un habano enorme con los boletos recolectados dentro del envase de aceitunas gigante para la silla de ruedas para el chico punk minusválido en un pogo, querido por todas las grandes veteranas de piso porque lo conocían desde pequeño desde que su madre, Isidora Mendeluz, le daba la teta en la oficina de personal y le goteaba leche agria sobre la mesa de entrada cuando, santo frío pampero, atendía algún particular. El habano es grande inmenso molesto largo trecho hasta el techo lleno de teros chillones gritones, mal paridos, olor a salmuera y nostalgia de los buenos tiempos de porros ricos dulces que preparaba Perinola el Tuerto, que no le erraba nunca a la generosidad. Orsini, el cavalier, clava los ojos en sus asistentes y le muerde el pezón estrangula hemorragia sexual a la más gorda, protesta y se trenza, se lo transa se lo bebe se lo chupa hasta ah. La pasta cremosa cae y la cornisa se piquetea contra el frío y le hace un monumento al miedo y se va al vacío, que no es abismo, que no es una plaza bombardeada por mierda. El habano se quema y todos fuman con gripe catarro bronqueolitis cáncer pasivos activos versátiles indomables la pitada más sentida hasta clavarle la daga de Reynaldo al pulmón y los ojos se irritan. La trenza es tan larga como la de aquella muchacha del café de Congreso que se la manoseaba y engrasaba y la tía (o la dama de compañía) la retaba y le insistía:
-No, nena, dejala, dejala ser libre y cruda, sedosa y clara como mariposa capullo o santa rosa, agua sucia de Isla Maciel corriendo por los tablones del Docke, como gallina de campo que se mastica a su compañera luego de ser pollito en fuga, corrales en fuga, campos en fuga maizales incendiados asediados y el olor a ahumado en tu culo tan rosado.
La pasta cremosa la come Orsini, el grand-cavalier, hijo de un ingeniero y una modista, y la trenza larga de mujeres secretaria, no no, administrativas, que se fuman entre golpes codos chismes putañerías el último boleto que dice $1,50 por un viaje más corto que el de mi mente hasta el escroto.
y los burletes ceden, entra el frío ¡Mierda, congela! Las nenas sin orejeras
se trenzan al ojerudo Orsini que no deja de rozarse con su gamulán crema, retazos rojos y un pin antipático que se estremece cual ojal, ojal porteño arrabalero con el logo de un nuevo oh-fantástica-nueva-promesa-grupo-musical oriundo de La Plata.
La pasta cremosa que cae del cielo se sucede, copiosa repetitiva. Aburrida.
Las licencias médicas llueven en la recepción y Orsini, el grand-cavalier Orsini,
primo sanguíneo por línea materna de Troilo - no, el otro- arma un habano enorme con los boletos recolectados dentro del envase de aceitunas gigante para la silla de ruedas para el chico punk minusválido en un pogo, querido por todas las grandes veteranas de piso porque lo conocían desde pequeño desde que su madre, Isidora Mendeluz, le daba la teta en la oficina de personal y le goteaba leche agria sobre la mesa de entrada cuando, santo frío pampero, atendía algún particular. El habano es grande inmenso molesto largo trecho hasta el techo lleno de teros chillones gritones, mal paridos, olor a salmuera y nostalgia de los buenos tiempos de porros ricos dulces que preparaba Perinola el Tuerto, que no le erraba nunca a la generosidad. Orsini, el cavalier, clava los ojos en sus asistentes y le muerde el pezón estrangula hemorragia sexual a la más gorda, protesta y se trenza, se lo transa se lo bebe se lo chupa hasta ah. La pasta cremosa cae y la cornisa se piquetea contra el frío y le hace un monumento al miedo y se va al vacío, que no es abismo, que no es una plaza bombardeada por mierda. El habano se quema y todos fuman con gripe catarro bronqueolitis cáncer pasivos activos versátiles indomables la pitada más sentida hasta clavarle la daga de Reynaldo al pulmón y los ojos se irritan. La trenza es tan larga como la de aquella muchacha del café de Congreso que se la manoseaba y engrasaba y la tía (o la dama de compañía) la retaba y le insistía:
-No, nena, dejala, dejala ser libre y cruda, sedosa y clara como mariposa capullo o santa rosa, agua sucia de Isla Maciel corriendo por los tablones del Docke, como gallina de campo que se mastica a su compañera luego de ser pollito en fuga, corrales en fuga, campos en fuga maizales incendiados asediados y el olor a ahumado en tu culo tan rosado.
La pasta cremosa la come Orsini, el grand-cavalier, hijo de un ingeniero y una modista, y la trenza larga de mujeres secretaria, no no, administrativas, que se fuman entre golpes codos chismes putañerías el último boleto que dice $1,50 por un viaje más corto que el de mi mente hasta el escroto.
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