28/2/08

Carlos Calvo

Irremediable.
La espada de San Jorge atraviesa la espina dorsal
sale cubierta de sangre por el coxis,
sus hojas verdes resplandecen
clorofila violenta, quizás sedienta,
entre el dolor inscripto en el cuerpo.
Una esfinge se mofa del herido,
a sus pies enredaderas la cubren
y un gato cuida la escena del crimen.

25/2/08

Anonymus said:



Según Constantin Guys -también se dio a conocer como Señor G- el valor de la firma no existe como tal. La firma, el sello, la marca de propiedad sobre un objeto o una pieza de arte, sólo sirve para coleccionistas que encuentran o se desengañan con obras de artistas póstumos que adquieren a precios obscenos y con las cuales se regocijan, aunque sean falsas. La firma simplemente cotiza. Algo de eso afirmaba Constantin, en un viejo apunte.



Así habrá sucedido con sus ilustraciones, que no llevaban su firma. A veces su casi anónimo Señor G servía para algunos textos que publicaba. Todo arte debería ser así. Las canciones que son así, son increíbles. Que no tienen dueño. Son propiedades de la naturaleza y el hombre. El caso de The house of the rising sun es uno.



Ésta es mi versión favorita. La encontré en un compilado de reggae cuando era adolescente. Es una canción de nadie. Sin autor. Sin un músico consagrado, algo que pasó por diferentes manos, gargantas e idiomas. Tuvo y tendrá infinitos dueños. Y su pureza está intacta en cada uno de ellos. Hasta creo que Kitano pasa cabeza de por medio por la canción. Me pone de muy buen humor que existan cosas de este tipo, entre tanta lucha de autor, derechos, regalías, tampoco ayudan las campañas de amantes de la piratería preocupados por su propio bienestar comercial. Pocos realmente creen en la amplia difusión de la obra como tal, sin anteponer el nombre. Hay que volver a la esencia de la música. Sea folk, sea sonido. Me quedo con sonido.

23/2/08

Benny & Joon

Esta película me encantó. Muchas veces vi partes, escenas, pero finalmente la vi completa hace un tiempo. Dudé en postear acerca de ella en ese momento, pero hoy no.

Increíble el tema de apertura de los gemelos irlandeses.



Joon está genial. Mi relación con ella durante la película fue de absoluta empatía; me sentí identificado con ella en muchas cosas. Y puede que sea un film malo, cursi o lo que digan cinéfilos, críticos o quienes quieran, pero lo amé cuando lo vi completo. Me movió de lugar el corazón. Capaz sea eso por momentos, un tipo al que le gustan películas fáciles, que enternecen desde el lugar común y sencillo, y me puedo considerar básico en cuanto a necesidades artísticas y cinematográficas. Me gusta que tengan un amorío que pareciera imposible y luego se concreta, que me hagan ruborizar con situaciones vergonzosas que me incomodan de sólo verlas, y por supuesto, un final feliz. Y que Sam me haga divertir, aunque se pase un poco con la mímesis Keaton. Qué importa, las grandes obras no están para ser juzgadas, sino para ser contempladas, admiradas y tener revelaciones a través de las mismas.
















Me declaro culpable. Me pasó un poco de eso con Benny y Joon.


Conflictos conyugales

No pueden imaginarse (oh, ustedes, mis lectores imaginarios e invisibles) los problemas y discusiones que puede desatar en una pareja la rajadura de la tapa de madera, comprada apenas hace un mes, para un inodoro. Y la bronca e impotencia interna.

21/2/08

Batato

Autobiografía

"Me llamo Salvador Walter Barea. Fui mozo, cadete, bañero de piletas en la Salada, vendedor de salames, taxiboy y masajista. Hice desfiles de moda, cortos publicitarios (de marinero para "Echo en el balde", "Galletitas Vocación", "Turrón Namur"), también fotonovelas eróticas. Creo en todas las expresiones. Todo debe ser desechable, descartable como esta época. Me fui de casa a los 15 años y nunca más volví. Antes de terminar el secundario comercial, me negué a recibir el título de Perito Mercantil y me escapé. A partir de allí y con sólo diecisiete años me fui a dedo a Brasil. Luego hice el servicio militar y fui convocado a la guerra de Malvinas y me negué a luchar, además no sé la letra del Himno. Estudié teatro y expresión corporal y me cansé. Fui asistente de Pepito Cibrián en "Calígula", trabajé en "Romeo y Julieta", "La señorita Julia" y me cansé. La técnica de clown me atrapó, ahí descubrí mi vocación, fue como entrar a una catedral y ver una revelación. Pero después me cansé luego de reprocesarla. Vinieron los "Peinados Yoli" y me cansé. Ahí empecé a aplicar el clown, en ese momento fue un ¡bum!, ahora lo hago y nadie se ríe. Después vino Antonio Gasalla, aprendí mucho con él, trabajé en las calles y a partir de ahí se formó el Clú del Cláun. Luego descubrí la poesía marginal y desconocida de poetas marginales como Alejandra Pizarnik, Néstor Perlongher, Marosa Di Giorgio, Copi. Armé dibujitos a los que llamé "Historietas obvias". Comencé con mis performances en discotecas, mi convicción es que no hay que esconderse, no trabajar en lugares gays, andar en la calle y en los colectivos como yo quiera, para algunos soy un marciano, para otros, un esperpento. Me defino como el primer y único "Cláun Travesti Literario". Cada persona tiene un ritmo, yo trato de no apartarme del ritmo personal, pongo un disco y en vez de seguir el ritmo de la música sigo el mío. Me dejo influenciar sólo por la emoción. La emoción es la alegría de estar diciendo algo."


Historieta obvia
, por Batato Barea


Eclipse

Ante la emoción de Yami por el eclipse lunar de esta madrugada, salimos al patio a ver cómo progresaba. Desde la terraza la vista panorámica era ideal. Sin embargo, en esos momentos me sentí tan lejos de las estrellas, del sol y del resto del universo; recién me di cuenta que estaba más conectado con las luces de los postes de luz de la calle que con la ilusión y encanto del inminente eclipse, que volverá a repetirse en diciembre de 2010, según me anunció ella. Estoy atravesando un momento demasiado terrenal para mi gusto, debería girar un poco más la cabeza hacia el cielo y poder impresionarme (en buenos términos) por su inmensidad y belleza, y dejarme conquistar por el vértigo que me produce la escena. Quizás de esa manera logre volver a sumergirme en el universo y deje de tener los pies asegurados y atados con cordones de acero a la tierra. Yami, por su parte, estaba obnubilada por la luna y el espectáculo visual que ofrece esta noche.

20/2/08

William Blake

En ciertas oportunidades, antes que optar por la lectura de su obra, prefiero dedicarme a verla. Esas circunstancias me generan dudas sobre mis preferencias respecto a su arte, y debo decir que eso me complace.

16/2/08

Eran cuatro hermanos que decían quiero ir a las estrellas...

Desde los tiempos en que mi abuela comenzaba a ceder a la oscuridad y no gozaba de la salud y vigor que en otros tiempos eran parte de su idiosincracia, comenzaron a invadir su patio los gatos. Eran gatos de vecinos, otros no tenían dueños y algunos eran simples turistas sexuales. Después de la muerte de mi abuela, la casa quedó deshabitada y su patio se volvió inevitablemente en un lugar de recreo y entretenimiento ideal para los felinos, que incluso encontraban espacio suficiente para entregarse a sus pasiones nocturnas. También era un refugio seguro para sus reiteradas camadas de crías, que cuidaban allí hasta que fueran lo suficiente estables como para iniciar sus andanzas y cazas por sí mismas.
Ayer, siendo viernes 15 de febrero, cuando salí al patio a regar, escuchaba un sonido que relacioné con algún pichón en alguno de los techos o en los arbustos altos de la casa contigua. Ante el reiterado llamado, decidí localizarlo y en esta cruzada me di cuenta de que el ruido provenía de mi patio. Provenía de un rincón del jardín. Me mezclé con la maleza y bajo el jazmín encontré que no eran pichones, si no que cuatro pequeños gatos junto a su madre, a la que sólo podía verle su ojo amarillo, que amenazaba con dejarme ciego y lanzaba un código felino extraño que no pude descifrar. Después se marchó asustada ante mi insistencia por penetrar su nido. Nunca había visto gatos recién nacidos; son pequeños y similares a las ratas. Cuando los observé más detenidamente y los acaricié, pude ver que todavía tenían el cordón umbilical colgando de sus cuerpos.

Diez meses atrás, cuando nos instalamos en la casa, nos aventuramos en todas la acciones y medidas posibles para ahuyentar a los gatos invasores, que se habían apoderado de todo el patio al mejor estilo de ocupas anarquistas firmes en su resistencia. Pusimos alambres de púas en la medianera, tejidos en las esquinas, consultamos a especialistas en el tema que no llegaron a ninguna conclusión luego de hilar teorías varias. Algunos nos propusieron el experimento Schrödinger al cual nos negamos rotundamente. Resolvimos adoptar métodos poco ortodoxos para espantarlos, como salir al patio en horarios insólitos con la vestimenta que se tuviera o no puesta, totalmente fuera de sí para correrlos del jardín y demostrarles nuestra autoridad y hacerles evidente que ese espacio verde es nuestra posesión. No somos grandes simpatizantes de los gatos en general, excepto por Romeo, pero tampoco los detestamos ni haríamos la idiotez que reina en los suburbios generalmente, de envenenarlos o, los más descarados, de practicar tiro al blanco con ellos. Nosotros tenemos en claro lo que nos molesta de ellos: que nos llenen el jardín de mierda de todos los colores y formas posibles, y se vuelva una aventura surcar el pasto. Ni hablar de pensar recostarnos en él y mirar el cielo.

Las cuatro crías nos despertaron preocupación, porque su madre (a quien nadie quiere reconocer) eligió nuestro jardín para darlos a luz y criarlos. El padre de estas criaturas (del cual su dueño no quiso hacerse responsable porque es un gato "culiador") no manifiesta el mínimo interés en su legado. Así que tomamos la responsabilidad de proteger el nido que escogió la madre y concederle ese espacio para que los cuide y cumpla su rol de madre con total libertad, molestándola para nuestras tareas del jardín, como son regar y cortar el pasto con cierta frecuencia. Así que respetaremos durante los treinta o cuarenta días que demore este asunto de la lactancia y que los pequeños puedan tener la suficiente fuerza en sus patas para avanzar y comenzar a alimentarse por sí mismos. Mientras, entraremos en campaña para buscar personas cuidadosas y que consideren ser lo suficiente responsables como para cuidar, encargarse y hospedar en su hogar a alguna o la totalidad de las crías. O reporten y nos demuestren elocuentemente que son amantes de los gatos. Nosotros no tenemos la energía, el sustento económico ni la responsabilidad suficiente para hacernos cargos de ellos, y por el momento, para ningún animal o criatura. Claro, además sería contradictorio adoptar gatos cuando tratamos de evitar que nos llenen de excrementos el jardín o que no nos dejen dormir cuando están en celo. Así que, por ahora, estamos de padrinos en el asunto.

Fotos: Yamila Montaña

14/2/08

Walkgirl

Oh Ohhhhhhhh

Ella ronda la plaza
bajo palomas asesinas
con auriculares gigantes
bailando en cada esquina

Walkgirl
No temas, ahhhhh ahhhhhhhhhhhh
Walkgirl
Eres la chica más rockera

Desde siempre la recuerdo
caminar por el centro
su anhelo es música eterna
y los bares le abren sus puertas

Walkgirl
No temas, ahhhhh ahhhhhhhhhhhhh
Walkgirl
Eres la chica más rockera

Vos no la entendés, nene
la maltratás cuando viene
tu casa escucha Panam
ella se asfixia y no vuelve

Walkgirl
yeah, yeaaaaahhhhhhh
Walkgirl
Ella es amante de Zappa

Dedicado a la chica que camina sola desde que yo iba a la primaria. Siempre lleva sus walkman puestos, entrando en cada bar y local por haber en Avellaneda sin notar al mundo, sin cambiar su corte carré, sin siquiera cambiar su paseo clásico por la plaza ni sus pausas.

9/2/08

Dear Frank, i know this is fake, but it´s lovely

Los Estados de locura

Nunca tienen belleza.
Aquellos que digan lo contrario
mienten
-pecado absurdo-
o nunca los experimentaron.
Estado del cuerpo
mente delicada
-Oh, siempre tan sensible
plena de velocidad decapita semáforos
escindida
apenas apéndice para el deseo
epidérmico y caluroso
-movimientos externos y ajenos-
El resto es sufrimiento
arder por dentro
hacia fuera
y volver hacia dentro;
el mundo, la multitud una molestia
noise aterrador de insomne.
Los vidrios de cada ventana, de toda la casa
casi al estallar
con un intento kamikaze por internarse en un paraíso
de instantes, de un submundo profundo
subterráneo vacío
de pendientes rotos y perlas falsas crujiendo bajo los pies
de andar salteado
moribundo
astral
leve,
pero sí con la gravedad del dolor
brotando a través de los seis sentidos.

El cumpleaños

















Marc Chagall, 1915

4/2/08

Oh!

Se acabó el ocio. Bien. Comienzo el lunes mal. El despertador suena y me levanta a la hora que lo puse, pero insólitamente, se atrasó una hora. 8.30 hs. Bien. Un poco de ayuno mal no vendrá. La oficina inhóspita, un par de almas, pocos quehaceres, nada para destacar. Por milagro de algún arcángel -intuyo que debe ser Miguel- las 14 hs. se hicieron volando. Voy al once, no sin antes comerme un sandwich de milanesa decorado de aderezos con pepsi en un local veraniego desértico, con el mostrador a años luz de mi mesa. Me sorprendió la cuenta, debo decir. Una vez en el barrio 11, toco el timbre del portero del edificio para realizar la transacción de mercadolibre, retirar dos libros de Ainbinder (me convenció el joven Ricagno finalmente luego de su discurso elocuente en la reunión por mi cumpleaños) y uno de Bresson. El portero anda muy mal, nos malentendemos con el socio de Eduardo, Darío, que es el otro chico que atiende la librería virtual. El año pasado le había comprado un libro de Marianne Moore de la editorial Jimmy Jimmereeno a estos mismos vendedores, y es algo atípico en estas redes virtuales que figure esa editorial entre las ofertas. En fin, no le presté atención cuando se lo compré aquel momento. Pero esta vez, a quien sale del edificio sí lo reconozco, es Darío Rojo. Lo conozco, además de por haber leído algunas cosas suyas y por comentarios de Ricagno, porque fue uno de los tantos profesores con los que cursé informática virtual en la universidad (soy desertor y abandónico como pocos). Ahí me hace caer el yunque de que con quien hablé en la compra anterior y en ésta, fue con Eduardo, claro, el que figura en el mail de la compra, de apellido Aibinder, algo que desconocía y omitía ya que el remitente en los mails era el nombre de la librería virtual; jamás había visto una foto de él. Así que cuando estuve pidiéndole si tenía tal o tal libro de Ainbinder por teléfono, Ainbinder respondía que sí o no, como si hablase de un tercero. Bien. Tendría que haber sospechado un poco más, era de la Selección Amadeo Mandarino. Pero en mi nube de Valencia, no hay tiempo para caer a tierra y suponer cosas así, no hay tiempo! Sorprendido, me llevo de regalo otro libro que me regala generosamente Darío (los socios Eduardo y Darío, quién iba a pensarlo! de alguna manera tenían que sacarse de encima los libros, supongo). Después me comenta que Daniel Durand vive a un par de cuadras del edificio, que Ainbinder se fue de viaje a Venezuela. Mucho 18 whiskys, y esa no es mi historia ni mi bebida. Así que a otra cosa.
Una librería más tangible a unas cuadras. Tum tum tum tum, sí, paso a ver, agarrar postales para Yami (Mongo Aurelio is dead, pero extrañamente parece il morto qui comenta). Pregunto sobre libros, libros que leeré en alguna oportunidad de mi vida, motivo que me hace alargar mi deceso natural, que me hace longevo, me hace un viejo senil. O bien, que deje como legado una interesante biblioteca a mis hijos. Bien. Está el muchacho que atiende y un simpático francés que boludea, porque pinta de comprador no tiene, de lector, tal vez. Hablaba con el librero y los interrumpo -poca onda la mía, capaz terminaba en casorio el asunto- para preguntar que este que el otro que cual que el que vendrá que no hay stock que no hay plata que hace calor que buena edición que lindo que tapa y el francés interrumpe para hacer notar que está vivo, tira alguna frase "voy a ver esto" o "voy a revisar la pc". Lo insólito, y lo mejor que pasó durante todo el día, fue cuando dijo: "y ésto es una mujer?" tomando una revista símil a la wipe, y muestra la tapa que tiene a Moria Casán. Voy a reservarme mi opinión sobre esta duda de índole europea y de género. Bien. No, basta de escribir bien y de reservas, carajo. No, no es una mujer. Es un monstruo, muchachito francés simpático.

Apartado: mi padre me llamó mientras escribía este post para aconsejarme sobre la venta de un extractor Galaxy usado en estado impecable para subirla a mercadolibre. A alguien le interesa?

2/2/08

Banzai!


Buenas noches, Belen (Work in progress) from Fernando Ghersini on Vimeo.

"Buenas noches..." comenzó a gestarse a fines de 2004 como un proyecto sobre el amor-desamor en la pareja. En Febrero de 2006 finalmente fue filmado como cortometraje decididamente experimental, abordando la incomunicación en una narrativa anacrónica con retazos de promesas, sueños, declaraciones y sentencias; la falta de contacto físico y visual; planos secuencia largos y monótonos; imágenes lanzadas para la contemplación y abocadas a recrear el tedio de la situación de ruptura y confusión conyugal. En esta etapa de "Buenas noches..." faltan la música y algunos sonidos complementarios, y aún restan corregir ciertos errores de edición. Este metraje, sin dudas, quiso ser mudo y las palabras quizás sean un agregado para convertirlo en un drama más convencional, si eso puede decirse.

Rojo

Caracola medieval gigante
hechizada por un dragón verde
escamas sucias, rasposas
escritas de promesas de amantes no correspondidos
trizas de pérgolas de bronce
y brazos de nadadores de croll,
conservas en el esófago cálido y húmedo
Él dice
-Mi fuego es el mal del mundo
y mientras tu piel arde al spiedo
lo necesitarás en la porfía de tu pecho.
Mastica la caracola ciudades rascacielos
sonidos altos de espejos fosas ópticas
dragón serpentina
se refugia en el interior del molusco
toma su chocolatada con vainillas
juega con sus pin y pon
organiza un trío que hace el amor.

Buenas noches, Belén (work in progress)


Desde la filmación en 2006, en Buenas noches, Belén hubo un largo proceso de edición y montaje a cargo de diversos editores, con pausas desmedidas de por medio, congelamiento de ideas y falta de herramientas. Esa fue una de mis mayores preocupaciones, además de la mudanza a mi nueva casa, algo que también alteró bastante el panorama de trabajo. Durante esta etapa, consulté músicos-editores, realizadores, video-artistas, integrantes del nuevo cine argentino y demás criaturas, que como es costumbre, demostraron poco interés al enterarse sobre mi cortometraje. Será incomprendido, lo sé. Pero ya está llegando a su final. Pronto voy a subir lo editado hasta aquí y me pondré en contacto con los músicos para trabajar en la sesión de noise que atacará progresivamente el metraje.

Коммунистический Интернационал

Internacional Comunista