24/5/08

Rabia


La novela de Sergio Bizzio, Rabia, fue mi pasión de las últimas semanas. Logré simpatizar muy bien con el protagonista e incluso a entender su modus operandi, y para suerte de muchos, a estar en su contra. Los diálogos me parecieron muy bien elaborados y creíbles. Hay uno, en el que (José) María, el protagonista, le insinúa a Rosa, su novia, tener sexo anal. Fue uno de los mejores.


Si fuera director de cine, estaría tomando este libro para llevarlo al celuloide sin pensarlo dos veces, aunque me dolería mucho darle forma al rostro de María, o a los Blinder. Rosa, en cambio, para mi siempre tuvo un rostro y lo asocié con algunas empleadas domésticas que conocí en mi vida, o quizás en alguna ficción. Bizzio, como realizador, da muestras de su poder para capturar imágenes y describirlas para que las sientas a mano e incluso, te sientas dentro del libro en casi todo momento, consumiéndote con la rabia corriendo por las venas.

Para cerrar, y porque este libro realmente lo merece, me pongo generoso y un poco Juan Sasturain (lástima que no pueda leérselos a través de la televisión) y les transcribo el capítulo 23:


-¿Rosa...?

Silencio.

Cortó.


(para aquellos que se quedaron con gusto a más, pueden pasarse por la página El interpretador que tiene el primer capítulo subido)

9/5/08

Fe de errata

Es un poco tarde quizás, pero vale la pena apuntarlo. Para quienes hayan leído mi libro Espectros mudos, señalo un error o bien, un cambio. Hoy me di cuenta que el grito ¡Kwatz! era el indicado en lugar de ¡Banzai!, el que quedó en la historieta central del libro en la última viñeta, si de esta manera puede llamársele a tal cosa.

2/5/08

Etc.

Pasaron cosas extrañas estos últimos días.

Un extraño mail de Bicho Bolita anunciando una sorpresa (traerá armas de destrucción masiva desde Neuquén a estas tierras?). Mi compañero de trabajo finalmente se hartó de Buenos Aires y decidió irse a vivir a Lima apenas cobre, donde se reunirá con su enamorada peruana. Otras cosas. Me dieron un gran goce sensorial en primer lugar Sr. Tomate y a continuación, el simpático Matías con su colega en Good time for Dynacom en un tugurio encantador a pasitos del Parque Lezama. Se me pegaron los pibes chorros, las líneas de merca, el exceso, los fellatios, el heavy metal y Morón por el artesanal y algo repetitivo libro de Ioshua Pija, birra y faso.

Eso, y la buena noticia que me dio Verónica Romano con su proyecto 2 obras al publicar una poesía mía



















junto con el trabajo de animalitos somnolientos de Marina Badin para completar la dupla otoñal. Estoy muy agradecido por ello.