El paisaje las dominaba por entero, verde, llano y, aparentemente, de vastedad infinita. Extenso como era, la Naturaleza -o el Arte- había invertido en él poca imaginación. Aún observando con atención, presentaba un aspecto sumamente monótono. En cada pie cuadrado de suelo crecían cien plantas, cada una igual a todas las otras, sin distinguirse ninguna.
La Naturaleza es pródiga. De cada cien plantas solamente una o dos sobrevivirían; de cien especies solamente una o dos.
Pero el hombre no.
"Los Genocidas" de Thomas M. Disch (Ed. Sudamericana) 1965
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