Los fanáticos del fútbol (barrabravas e hinchas fervientes) son personas de temer. Generalmente, suelen ser asociados con el malhumor; escandalosas, indecorosas y ridículas descargas de fin de semana por penurias y desgracias de sus trabajos y familias; aspecto terrible y siempre amenazante; poco amables; irritables; big macho's; poco amistosos; clubes sociales delicitivos relativamente organizados; sementales poco cariñosos que les apetece el sexo anal; voces roncas y disfónicas; portadores de todo tipo de cicatrices de diversas trifulcas y embates de hinchadas; tatuajes tumberos; armas de todo tipo de color; agresivos hasta los dientes; fundamentalistas esquizofrénicos con insignias de la locura y estandartes varios; bengalistas; tres tiros; hombres de pocas pulgas; sucios; borrachos; jonkies; xenófobos; homófobos; misóginos y lo peor de todo, peronistas.
Tipos jodidos, digamos. Pero se ponen mimosos a la hora de uno de sus cánticos predilectos, reversión de uno de los two-hits-wonder del pop. Nada que ver con esos tipos que son rudos hasta el final, esos hooligans británicos del Liverpool que cantan rock 'n roll en un estadio.
Aguanten Los Dogos!
Observación
ResponderBorrar!!!!!!!!!!!
Como Cecilia Szperling no me invita a confesar ni ningún cura se me atreve desde que tengo pleno uso de mi cristianismo, declaro lo siguiente:
El cantito inglés lo conocí por la generosa germania, cuando tenía sentido aún usar los pantalones rotos y escuchar cassettes (y para peor piratas!). Les paso a interesados el regalo...
-Acá: http://es.youtube.com/watch?v=USL70XNxkNM
Chauchas