Los hombres sensibles, nostálgicos y melancólicos
no tienen oportunidad en este mundo
Perduran puñados de segundos, si el tiempo es generoso.
Y las memorias
los olvidos, hacen lo suyo.
Ay, qué pena, dijo Arturo
y yo le creo, porque es correcto.
Una gran pena, recalcó Martín Desire
mientras pasaba sus manos por las medias de lycra de Virginia
Y el vino emanó hasta que irrumpió de nuevo
Los hombres sensibles, nostálgicos, todo esos,
ya saben, son unos malnacidos.
Cheers! Y brindaron por eso Arturo y Martín Desire
Virginia se bajó la falda y esbozó una sonrisa
él plegó su labio superior contra su copa y los miró.
Los hombes sensibles, pobre de ellos
malditos diablos.
Que los Dioses se apiaden de ellos.
Bravo! Señor, no se detenga jamás
En otro cuarto, una mujer de origen desconocido
se partía los sesos con un arma calibre 20
que había encontrado en el cajón de su padre,
alguien, un tal João.
El deseo furtivo de un condenado antes de morir degollado
los refutadores de leyendas tampoco la pasan mucho mejor. es mas, los hombres sensibles,suelen ser mas propensos a creer o aceptar algunas mentirillas que brindan cierto tipo de consuelo a sus angustias y desgracias.
ResponderBorraren cambio, los refutadores de leyendas ni siquiera pueden acudir al recurso de fumar el opio de los pueblos.
" ya saben son unos malnacidos ". ja, me gustó este aunque tenga partes que ni entiendo. el final es muy gianuzzi para el resto del poema.
ResponderBorrarque dios se apiade.
saludos,
joaco.
Benditos sean sus comentarios.
ResponderBorrarRufián, usted se considera un refutador de leyendas?
Margot, ha vuelto. Tiempo sin contar con sus comentarios. La verdad, "Los hombres sensibles..." tiene partes que ni yo logro entender.
Que Dios se apiade de nuestras almas
Abrazos!
lo de margot fue pura coincidencia. no era un volver a vivir. volver a vivir seria visitarte. jaja.
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