Amigos parias y agotes, bebamos conteniendo el aliento y bebamos
del mantel la sangre vuelta vino y bebamos siempre que contengamos el aliento y no espiremos hasta no sentir a Dios colmar cada vacío de nuestros cuerpos
hasta que se irriten las ancianas del frío de nuestros cuerpos y la piedad esté perdida en los cañaverales del sudeste
perdamos la fé en la muerte y reguemos nuestros anhelos hasta los canales de Europa pero contegamos el sudor y abracemos al viento
Si esta noche no ven a Dios en sus alientos cuando aparezca el Sol, me purgaré del conocimiento, y adiós, diré a todos adiós.
otro texto que merece comentario.
ResponderBorrarme gustó fer. lamentablemente no vi a dios en mi aliento.
besos.
Entonces debo decir adiós, adiós.
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