escalando montañas y allí
cubierta de la soledad del mar
tomo el viento que se agita contra tu rostro
entre esos cabellos castaños
el miedo a la altura
el vértigo a la profundidad
cuanto supe que allí tendría ese espacio
mi regreso a tu refugio diagonal
un lugar donde ser oído, bajo tus brazos
interpretando tus quejidos
de noches bajo el velo del odio
atrapado tras el miedo del crecimiento
donde tus manos me refugian en tus pechos
huele hermoso esta tarde
donde juntamos piedras en la tierra
allí, se levanta el arroyo donde nos bañamos
limpiamos nuestras ojos, adelante, el canto de las aves
recuerdo el banco de plaza
caído entre los golpes ya, entre la ruina del tiempo
nuestras voces susurrando cuanta inquietud de nuestros cuerpos
tus labios
bajo la lámina
ya no encuentro el dibujo de tu cara
solía verlo en mis días trogloditas
quien piensa en vos, esta tarde
bajo la lluvia que baña tan dulce encanto
que humedece tus gafas sucias
esta tarde te es hermosa
pues a mí también
seguiré escalando las montañas
bordeando la amargura del abismo
llegando al principio de tu espíritu
que se alza golpeando las memorias ancianas
bajo tus dedos, en el refugio de tus pechos
de tu cuerpo oscuro, cual agita tu valor
que desborda a mis labios
golpea entre las gentes, huye en el pueblo
yo sé dónde encontrarte
donde huimos juntos
en aquel banco viejo
allí te espero
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