puedo desgarrar mi ego
a puñaladas secas que pierdan interés
incluso por aquello a lo que cortan
hacer harapos de ello
de esas tiras largas y sedosas
mejor un vestido brillante
elegante y regalarlo
a una virgen pordiosera
pero cómo prestarme a esta infame cuestión
cuando mi soberbia desfila en mis palabras y pensamientos
nacen deseos que llegan a dolerme, respecto a mi gente
a mis hermanos
es un pasillo de desiluciones
el ego decían que ayuda a superar las depresiones
pero después, lo difícil es sacarse esa montaña de ego
pero la navaja que aporta dolor da también satisfacción
será cuestión de afilar, de sacar brillo al asunto
me remito al título de este escrito, son cuestiones
que afloran en una tarde de invierno
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